El vinculo ¿Qué es?

                                                      
                                                         El vinculo temprano 

                    ¿Qué es? ¿Cuáles son sus beneficios?
           




El vínculo se refiere al lazo o conexión que se establece entre la madre y el recién nacido y se piensa que ocurre en las primeras horas o días después del nacimiento. Tiene que ver con la reacción inicial de la madre con su bebé. No tiene que restringirse en forma absoluta a los primeros momentos después del nacimiento, pero ese contacto inicial es clave en la formación de esta conexión.

Para algunos, el vínculo es el proceso por el cual los padres y los hijos se conectan, intiman y se apegan el uno al otro. 

El vínculo es un diálogo entre Madre-padre e hijos que comienza inclusive antes del nacimiento y continúa por el resto de la vida.

Para otros, la conexión entre los padres y sus bebés puede comenzar sólo al pensar y planear la concepción de un(a) hijo(a), fortalecerse durante el embarazo al incrementar la comunicación con su bebé.

Cada vez más se obtiene información que relaciona los aspectos emocionales de las madres durante el embarazo y nacimiento, especialmente el estrés crónico prenatal, el rechazo del bebé no nacido y el parto traumático con reanimación neonatal, con trastornos de conducta de jóvenes y adultos tan severos como la delincuencia juvenil, la anorexia y el suicidio.

Se estima que existe un momento crítico desde el nacimiento durante el cual ese lazo debe formarse y se hace hincapié al compararle con la impronta (marca o huella) en las aves y otros animales, en relación al contacto sensorial (visual y táctil específicamente, sin menospreciar los otros) con implicaciones fisiológicas evidenciables en el recién nacido.




Las consecuencias emocionales están presentes en el bebé y en sus padres dando expresión a conductas de crianza adecuadas a la forma como el vínculo se establece.

Algunos efectos fisiológicos del vínculo si nos referimos al momento del nacimiento, se enlistan a continuación:


  • El contacto de piel de la madre con la piel del bebé estimula la respiración, provee de calor y permite iniciar la respiración aérea mientras la madre observa, limpia y conoce frente a frente a su recién nacido.
  • El inicio del reconocimiento mutuo se fortalece con la mirada recíproca a los ojos. Es la primera “impronta” de la cara de mamá asociada ahora a estímulos táctiles, odoríferos, auditivos y del gusto al ser tocado, amamantado por primera vez, al recibirle con palabras afectuosas  que el bebé reconoce por su entrenamiento intrauterino  (la voz de mamá), a quién ahora siente, saborea, huele y escucha.
  • La cercanía con el corazón al ser acogido en el lado izquierdo de su madre ofrece un ritmo cardíaco y respiratorio conocido y tranquilizador que le permite estar en su mundo protegido y seguro.
  • Las bacterias que colonizan su piel, su sistema digestivo y orificios corporales son las bacterias de mamá, de las cuales se protege con el arsenal inmunológico proporcionado por el calostro.
  • El contacto precoz con el pezón, en la primera media hora de nacido se asocia con un éxito mayor en el inicio, mantenimiento y duración de la lactancia materna, siendo esta con frecuencia la dieta exclusiva durante los primeros 6 meses de vida y mantenerse más allá del primer año. Un contacto frecuente y prolongado con su madre tiene altas probabilidades de incrementar la formación de un apego seguro.
  • Si se produce un nacimiento con el mínimo de intervenciones médicas, reducido o ningún uso de drogas o anestésicos y se respeta el contacto inicial madre-recién nacido con poca o ninguna intervención que separe a la madre de su bebé, la secreción de las diversas hormonas por la madre y el mismo bebé se encargarán de favorecer el vínculo inicial. Es este un poderoso vínculo biológico-hormonal que recién empezamos a comprender.
  • La presencia del padre durante el acto del nacimiento ayuda a que se fortalezca la conexión con su hijo(a) recién nacido(a). Esta conexión entre ellos, naturalmente más lenta y gradual que con la madre, es recíproca al estimular conductas paternales y de protección filial en los días y semanas que siguen. Participar activamente y de forma positiva de la crianza de un hijo es participar en la formación de un apego seguro.

Algunos han dicho atinadamente que "el destino de la sociedad se basa en la forma como ella trata a sus hijos” y que “el cerebro y el corazón humano que son recibidos por vez primera con empatía en esos años críticos tempranos no puede ni podrá crecer escogiendo una vida egoísta y violenta". 



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